En la perseverancia de los chiapanecos, en la dignidad de los campamentos de Tinduf, en la insistencia de las ocupaciones agrarias de los Sem Terra, en las pequeñas opciones de consumo justo, en los jóvenes que estos días reivindican su derecho a la rabia, en los grupos de presupuestos participativos de miles de municipios, en la incontestable denuncia de las Madres de Mayo, en el grito de rabia del pueblo mexicano, en la web de Periodismo Humano, en la valentía de la plaza de Tahrir, en todos aquellos que van apostando por el decrecimiento como estilo de vida, en los ecologistas que se cuelgan de las centrales nucleares, en las miles de emisoras de radio alternativas y comunitarias, en los que siguen luchando contra la pena de muerte a lo ancho del mundo, en los insumisos y objetores a los ejércitos, en los inmigrantes que cruzan fronteras, en la mujeres que dicen "basta", en los políticos que ejercen la honestidad a contracorriente, en las madres que son más fuertes que las dependencias de sus hijos, en la resistencia incombustible de los palestinos, en los que apuestan por la banca ética, en los que siembran huertos en medio de la ciudad, en los Foros Sociales que siguen apostando por otro mundo posible, en los que insisten en sacar cadáveres de las cunetas y mentiras de la memoria colectiva, en las organizaciones de trueque y bancos del tiempo, en científicos cargados de ética como Patarroyo, en los que luchan por sacar de las prisiones a los que nunca debieron entrar, en los niños que dejan las armas por la escuela, en los que hacen del diálogo una forma de entender la religión, en los que siguen creyendo y trabajando en los sindicatos, en el coraje de mujeres como Amina Haidar...
...y en tantas mujeres y hombres que a lo largo de la historia y a lo ancho del planeta siguen mostrándose profundamente humanos, y en tantos gestos cotidianos y profundamente revolucionarios, en todo eso se hace verdad indiscutible e historia cotidiana la resurrección.
¡Felices pascuas!
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